lunes, 11 de enero de 2010

¿DÓNDE ESTÁ LA SAL?


Dice Sulleiro que Antonia dice que "a mí la nieve siempre me recuerda a otro tiempo". Dice Rut que ayer nos reímos mucho, y es que hasta ayer a mí la nieve me traía el recuerdo de un febrero marcial, la calefacción estropeada durmiendo frente a la chimenea encendida y luego el coche literalmente enterrado en la nieve, cuando la leña se acabó y salimos con el espanto, a buscar más.
Y es que ayer nos reímos mucho, de nada sirvió que tras la segunda curva de la carretera de Tórtolas, el coche dijera que le gustaba más el guardarail que el firme infirme nevado. Y allí quedaramos inclinación 35º sur-sureste, las dos ruedas del lateral izquierdo a un metro del suelo, en esa situación que una antigua amiga, llamaba el plano inclinado de Hollywood. Y fue a cámara lenta Riddley Scott, la Keke dijo uy uy uy, pum y ya está. Y vino la grúa para quedarse tendida a lo ancho en la carretera. Y el primo Antonio, dios le bendiga, puso todas las cadenas a los coches descuideros y vino seguridad vial (que no sabían ponerlas) y vino Chus y vino David (benditos hijos nacidos de mujer, de la misma). Tuvimos tabletas de chocolate, cámara de fotos (ya las colgaré)y dibujamos un signo de "love and peace" en el cristal del coche (mientras nos despedíamos de él)...
Entonces pasó el único quitanieves sin quitar nada (no tenía sal), y se estampó doscientos metros más abajo contra una furgoneta. Vino Angel-Taxi de Almorox, dios le acurruque por las noches, y nos llevó por la carretera del Campamento de los flechas, donde veinte coches pugnaban por golpearse unos contra otros sin mucha convicción. El Cuerpo (la floriosa Guardia Civil) huía de todo aquél que se acercara a su coche. Insensible a sus desvelos les golpeé en la portezuela:
-¿Qué quiere?
-No, yo si eso, saber como está la carretera del Encinar?
-Mire las carreteras están todas iguales, si tienen cadenas pasan, sino no. ¿Vale?
Y valió, cogimos hacia Toledo, gracias al ínclito conductor del Gato (gloriosa línea de autobuses) que nos advirtió que en la carretera del Encinar, a más de algún coche volcado, bajaba con mil precauciones otro autocar haciendo aqua-planing, ski mixto de fonfo y forma y que la curvas estaban heladas de cojones. Pasamos Almorox y no pasó nada, pasamos Escalona y pasó un quitanieves (éste de Castilla-La Mancha) con las palas por alto y sin sal.
Hasta aquí todo carreteras secundarias a merced ajena, con la autoridad sin informes precisos de la situación, la guardia civil de carretera en retirada o en franco escondite.
Pero el horror nos aguardaba al acceder a la A-5. Ya sin cadenas, el optimismo no se desmonta por tan poca cosa, seguimos a rebufo durante horas, las rodadas de un camión hasta Mercamadrid. Imposible proceder de otra forma, el carril izquierdo estaba reservado para el espectáculo "Bears On Ice" de inminente estreno. Tras la cruel separación, abandonados de nuevo a la nuestra, los paneles informaban: "máquina -invisible- esparciendo sal" y "con nieve conduzca con precaución". Así fue que ayer nos reímos mucho -¿verdad Rut?-
En la M-40 volvimos a montar las cadenas, en la M-30 no vimos nada que no fuera recuerdo del abismo sazonado con los autos locos. ¿Quitanieves? No, gracias. Transitamos por las ruinas de un Madrid en ruinas, agarrados a nuestras cadenas por Ramón y Cajal, agarrados a la correa del reloj por Lopez de Hoyos, agarrados de la mano hasta el portal.

Al parecer la culpa la tengo yo, porque esta mañana, mientras continúan practicables las pistas de "Disney on Ice" en el barrio, he encontrado la única sal que hay en la city. La tenía por error guardada en el cajón segundo de la cocina. Aquí la dejo a disposición de las autoridades impertinentes, Illmo. Ayuntamiento, beatífica Cdad. Autónoma y su gracioso Fomento.

Trayecto recorrido: 125 Km.
Tiempo empleado: 4 h., 30 min.
Protagonizado por: Concha, Rut, la Keke, David, Chus, Angel-Taxi, Primo Antonio, dos quitanieves sin sal, coche in red y un servidor.

3 comentarios:

  1. Y lo bien que lo habéis pasado, ¿qué? Y el subidón de adrenalina, ¿qué? Y el paisaje y las fotos, ¿qué? ¿y todo lo demás?... No te quejes, Lobo guapo, que todo se compensa y no os habéis roto nada y eso es lo importante, no? Besos.

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  2. Lo siento. Quiero decir que siento haberme reído tanto leyendo tus desgracias. (Claro que más me he reído imaginando lo que no has contado)

    Por cierto,¡eres un magnifíco jugador de "dobles"! Alicia se quedó admirada. Por cierto, hay una cierta apuesta sobre la que debemos reflexionar.

    Si necesitas coche, avisa.

    Abrazos mutuales (de la Mutua Madrilea Automovilística)
    Sulle

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  3. Como te reiteré in situ: “la vida te ha dado una lección que desconocías y te (nos) ha salido gratis”.
    A servidor le queda otro posillo. Hasta ahora, la visualización de la sensación del frío extremo me venía de la regresión a momentos de infancia, próximos a navidades, en campaña aceitunera, después de helada negra, en los días que tocaba umbría. El momento evocado era ese en el que uno pretende confluir las cinco yemas de los dedos de una mano en un solo punto e, inexplicablemente, es imposible. La cosa se podía resolver tirando de piedra, guardada en bolsillo, que previamente había estado un rato sobre las brasas. La otra solución, cuando la piedra ya no daba para más, era que mi padre me cogiera las manos un ratito, ya que, de forma igualmente inexplicable, las manos de mi padre siempre ardían.
    A partir de este “domingo sin sal” no tendré que retrotraerme tanto. Esa imposibilidad de hacer el huevo con los dedos, también se experimenta después de poner un par de cadenas reliadas a las que le falta un gancho y volver a quitarlas totalmente enrolladas en el palier tras intento fallido. No había piedra calentada, no estaba mi padre, pero por suerte bajó David Montañero Experimentado con su sonrisa, sus tabletas de chocolate y con unos guantes estupendos.
    Todos a salvo.

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