lunes, 29 de junio de 2009

ESTRANGULE UN LUNES













Para el estrangulador accidental, que nunca estrangula
aquí sus comentarios. (http://losproscritos.es)


Me levanté con ganas de actividad, de ser creativo y le puse al lunes un café con hielo, así de buena mañana, para que no creciera y se quedara pequeñajo, alguien de mi altura al que insultar de tu a tu. Un morro húmedo se introdujo entre el libro de Atxaga ("Siete casas en Francia", Alfaguara) y mis short matutinos. Del morro asomaba una pelota de tenis cogida entre los colmillos (milagrosa recuperación de Nadal). Ya no tuve dudas, me puse manos a la obra(siempre hay cosas que hacer en una casa)y arremetí frontalmente contra el lunes.
Los croisant no estrangulan lunes, ni merece la pena que hagan la prueba. Los bollos de la Adrada le indigestan y le hacen torcer el gesto, poco más. No me atreví con la sobrasada no fuera que la protectora de lunes tomara cartas en el asunto. Descarté los bios caducados, alcoholes fuertes y las pastillas de alfalfa.
Rebuscando en el armario tropecé con la solución, las sábanas de raso (ésas que alguien carente de principios te regala, en rojo). Si las anudas con fuerza, si eres xeitosiño, dan un resultado espectacular. El lunes se retuerce sorprendido y espectante por tu siguiente paso: la almohada de duvet. Infalible. Son algo más caras que las de Ikea, pero a cambio estrangulan mejor, más rápido.
Mientras el lunes agonizaba en mis brazos y tiraba a la basura más próxima, mi obsesión por las montañas altas, escuché una voz del otro lado del Tajo. ¡Segunda Feira, Segunda Feira, no has estangulado la segunda feira! De inmediato supe que se trataba de la voz de S. Pedro. El santoral no engaña.
Así que hoy 29 y mientras en Dradelo arde el mar, a Carmen prepara empanada y filloas, voy a desalar migas de bacalao para intentar esta noche acabar con la segunda feira. ¡Pues menudo es uno!

2 comentarios:

  1. El Lobo comprende bien que, dada la singularidad de su criminal industria, este Estrangulador Accidental ha de practicar la elegancia social del silencio.

    Además, el Estrangulador es devoto admirador de ese silencio señorial con el que los más distinguidos pescuezos de esta comunidad celebran los mensajes ajenos. Es verdad que, a veces, el Estrangulador se lanza sobre ciertos cuellos con un denuedo impropio de su edad y condición, pero ello es consecuencia de un desequilibrio neurológico que los especialistas ya están tratando con el debido respeto y la adecuada medicación.

    Si de su natural predisposición dependiera, el Estrangulador se pasaría el tiempo comentando, cerveza en mano, los blogs de sus amigos, pero, así, terminaría por convertirse en El Comentarista Accidental (y Denostado), lo cual bien puede ser el principio de muchas cervezas solitarias, lo cual tiene prohibido por sus médicos dado el pernicioso efecto que, sobre la salud de los estranguladores, ejerce la cerveza ingerida en ayunas de buena compañía.

    Explicado ya lo más hondo del asunto, vuelve el Estrangulador a sus quehaceres. Al fin y al cabo, uno es un artesano del cuello mientras que el Lobo es un artista del crimen.

    Póngame a los pies de sus colmillos de usted.

    El Estrangulador Accidenta

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  2. Qué bien recibe usted las invitaciones a estrangular esta noche a casa. He apreciado en mucho, el paso velocísimo de su pañuelo de seda sobre estas líneas, sin levantar apenas los cuellos de sus asientos. En un estrangulador de ciudadanía romana, como usted, da gloria ver el uso de la iuditia consuetudinaria. Es más da gloria verle entre los caldos que fermentan los bárbaros del norte. Entre los que nos encontramos por voluntad de los hados, menos crueles que los hombres y sin duda, que los camareros.

    Pongame en manos de su oratio horaciana y estrangulina.

    El lobo compañero de Eneas (el gallego)

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