sábado, 13 de junio de 2009

REFLEXIONES LOBAS PARA EMPRESARIOS


Ruego que nadie fíe el baluarte de su empresa, su quehacer económico o lo que sea, a estos consejos redactados por mero exhibicionismo.
1. Acerca de los RR.HH. y el coaching
-Confío que los responsables de recursos humanos hayan leído algún Manual de Coaching, es más me daría por satisfecho si, simplemente, hubiesen tenido un libro entre sus manos.
-Los equipos de trabajo tardan mucho en consolidarse pero por lo general se disgregan a partir de las tres de la tarde si alguien no se ha tomado la molestia de hacerlo antes.
-La velocidad de un equipo, al igual que la de los ejércitos, ha de adaptarse pensando en la velocidad del sujeto más lento.
-Preguntado Lincoln, acerca de la altura moral de un hombre:
-Sr. Lincoln, ¿cuán largas han de ser las piernas de un hombre?
Respondió:
-Lo suficientemente largas como para que pueda tocar el suelo.
-Las políticas laborales basadas en la culpabilidad y el miedo, obtienen unos resultados asombrosos de inmediato, pero tienen las piernas muy cortas. A la larga no llegan a tocar el suelo. Les ocurre otro tanto a los ahorcados.
-La implicación laboral no se establece por decreto ley, es conveniente explicarla antes un poco.
-Los que permanecen trabajando después de su jornada, probablemente no lo habían hecho hasta ese momento. Esta figura al empresario le encanta.
-Cuando el responsable del liderazgo sea conocido como “El Justiciero”, habrá que plantearse el concepto de liderazgo.
-Un empresario afamado, ofreció a su hijo el yate de su elección a cambio de que no pisase las oficinas.
-En las empresas familiares convendría apartar de la dirección a los parientes hasta el quinto grado de consanguineidad.
-Un despido es el reconocimiento de un fracaso personal por parte del responsable de la gestión.
-“Hijo, todos estos hombres que has visto yaciendo aquí, eran imprescindibles. Ahora ya podemos continuar nuestro paseo (Gonzalo T. a la salida de unas tumbas etruscas cerca de Milán)
Continuará…

1 comentario:

  1. ¡Ahí está mi lobo! Dando dentelladas al vampiro, que donde la zarpa no llega la conciencia no redime. Gusto da cuando se me cabrea, compañero.

    Urce

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