miércoles, 4 de marzo de 2009

CYRANO VUELVE A CASA, BAJA LA MIRADA (Agronométricas VI)


Déjeneur, chaque jour, d´un crapaud?
Avoir un ventre usé par la marche? une peau
Qui plus vite, à l´endroit de genoux, devient sale?
Exécuter des tours de souplesse dorsale?
Non, merci.
Cyrano de Bergerac
Edmond Rostand




Que nadie me acuse de desconocer el Gran Teatro del Orbe y sus jornadas. Introduzcamos fielmente al espectador, al corral de comedias, al cobertizo para el juego de la pelota habilitado para representaciones teatrales, a la batería de las candilejas. Presentemos una escena ocupada lateralmente por bancos, el telón de una sola cortina que sube y baja, el patio tras el foso de los músicos, sin asientos de ninguna clase. Si van entrando, ahora que no hay representación, podrán ocupar las mejores plazas, situarse al lado de la florista, de los caballeros que tiran al florete, de los marqueses, guardias, cadetes, pasteleros.
¡Atención! un redoble parece anunciar que llega la nariz, se alza el telón, contemplemos que pasa:
-Jornada primera.
Recuerdo un oso de trapo sobre la mesa del desayuno, en medio de un jardín. Me viene a la memoria un cortinaje blanco por el que se accede a la biblioteca. Veo una taza de café con escena del Mahabaratta al fondo. Con Atreyu, sobre su carro. Enseguida estamos todos y comienza la conversación. Una algarabía de pajaros en las ramas de un arbol de la vida, sin duda, en una tercera planta, despidiendose del sol. Una luna con sonrisa. Un pobre desgraciado, Manager Director de un cuchitril, al que se accede por unas peligrosas escaleras, aprendiz de Mago de Oz, desdentado, jugando a ser quienes no somos. Prometo acordarme de los Big Taxis, con su bombona de gas que siempre hay que rellenar, camino del aeropuerto, Indhira Gandhi, Terminal 2, Departures. No nos cansamos de repetirlo sin saber qué demonios estamos haciendo con tanta maleta en la vaca, si no es ahí dónde vamos. Recordaré vivamente las explicaciones a pie de pista: la bolsa con arena de Nepal es para un amigo, que quiere tener tierra de todo el mundo. Ésta también, y el comisario político pidiendo de nuevo el pasaporte para ver que somos españoles, eso que parece justificarlo todo y que le tranquiliza. ¿Habrá oído hablar de la Piqué y sus extravagancias o será un secreto admirador de Picasso?. Nunca lo sabremos. Despediré al hombre que quería morir en Kathmandu y tuvo que bajar del avión para no morir en pleno vuelo. Mantendré los siete miles, algún ocho mil sobre las nubes. Llegó el uno de marzo, inmigración, los arcos detectores de metal y su sinfonía monocorde. ¿Por qué al poder la gusta tanto la monofonía, el gregoriano, vernos ridículamente sin cinturón?
-Jornada segunda.
No había mancera, lo aseguro. Lo intentamos una y otra vez y nada. Los pájaros se sostienen en el aire gracias a sus flaps, a sus motores MD de miles de caballos, gracias a que nos sujetamos descalzos en sus vientres. Las handbags, la mochila entre la piernas como un objeto erótico de la rutina, impidiendo todo movimiento. Volamos a 35000 pies sobre la tristeza, Afganistan, Kazajistan, el Mar de Araal y la tristeza. No había manera lo aseguro, Helsinki nos fotografíaba de perfil con nuestros cuencos cantores y Ganesha viajaba en el bolso de María, protegida del mundo, la cara cubierta, con el mantra a salvo en sus entrañas. Lo intentamos durante otras cuatro horas y media más. Sobre el Golfo de Finlandia, a la altura de Berlín, en Hendaya pero el abrazo no llegaba. Cada paso decía bendecir la vida enamorada pero nada.
Fue sólo más tarde:
-"también pueden salir por la otra puerta", era una guardia civil poco agraciada (¿habrá alguna que no lo sea?). Asisitimos de pie, batiendo palmas, con sonrisa y lágrima, al abrazo. Y entonces, sólo entonces, Arantxa y David se besaron.
-Jornada Tercera.
Cito de memoria (lo peor que puede hacerse) a Alvaro Salvador: "después de que ocurra un terromoto, uno se da cuenta, de que entre otras cosas, las nostalgias han cambiado de lugar". Termino con la tercera de Brahms (en el cuadernillo avisan que se trata de la décima de Beethoven: "No se puede escribir cuando constantemente oyes sus pasos detrás de los tuyos" vino a decir) y quiero pensar que ese movimiento, tercero, Poco Allegretto, de echo nada allegretto, obedece a aquellos compases de la novena (de Beethoven) escritos del revés. (Jesús me corrija y enmiende con su saber, ayer tan mágico).
Y ahora me cobijo y me entrego a la silla para llegar hasta la novena nota del Lacrimosa, momento en el que Mozart muere, se duerme durante tres minutos infinitos y deja de respirar. La Orchesta y Choir Of The Gulbekian Foundation de Lisboa, harán la pausa, recogerán en un silencio al Kegel 626 en Do menor, 626 obras. Y quiero recordar aquel otro Kegel
¿el 625?, regalado a un hospedero en pago de una noche. Ayer lo comentaba Urceloy y todos llorábamos.
Cyrano vuelve a casa, baja la mirada. ¿Por qué será que siempre durante las ausencias, mueven las sillas, te despienan tus osos de peluche sin ningún pudor? Y el principe dice que te conoce pero que la confianza la depósita en el cortesano, que tú eres de buena educación y por tanto te corresponde mostrarla. ¡Hijo de la caballeriza, muestra tu implicación, tus cientos veintes por ciento, ofrece tu máxima colaboración al cortesano, húndete de rodillas, clava tu belfo por el suelo! Merde! Y sabes que son malos tiempos para la lírica y no le das las gracias al principe por humillarte, lo dejamos en un está bien, que nada dice.
-¿Qué tal?, preguntan cuando desciendes la escalinata.
-¡Buah, fenomenal!.
Y ahora traduzco:
¿Desayunar cada día un sapo?
¿Tener el vientre panzón? ¿Un papo
que me llegue a las rodillas
con dolencias pestilentes
de tanto hacer reverencias?
¡No, gracias!
Cyrano de Bergerac
Edmond Rostand

Cae el telón, si la obra fue de su gusto, ése fue nuestro pago. Si por el contrario os ofendimos con vanas palabras, sea vuestra ira nuestro castigo merecido.

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