martes, 12 de mayo de 2009

IBAMOS A BUSCARLAS AL RAMIRO


Ibamos a buscarlas al Ramiro de Maeztu, (éramos de un barrio menos interesante), salían con la carpeta de apuntes bajo el brazo, llena de fotos plastificadas de James Dean , Snoopy, Pipi Calzaslargas y Nostromus.... eran rubias, todas tenían los ojos azules.
Nosotros las llevábamos a oscuros bares detrás de los Nuevos Ministerios, creo recordar uno muy interesante en Modesto Lafuente, y les hablábamos de nuestro grupo de música, de Golpes Bajos y Radio Futura. A veces también de The Cure, Agrimensor K, Parálisis Permanente y nos miraban con ojitos azules. Nos imaginábamos paladines de la modernidad y pedíamos otra caña, play it again. Y las acompañábamos a casa, en el 52, y hacíamos verdaderas marcas de marcha para coger el 28, que nos llevaba a nuestro menos aristocrático barrio.
Pero al día siguiente todo volvía a empezar, no en balde teníamos una novia en el Ramiro, les llevábamos cassettes grabadas, una por estación, con infinidad de temas que era requisito aprenderse, elegir los más válidos para poder pasar a la cassette de la estación siguiente. Una indulgencia que no estaba al alcance de todos.
Y así, un día llegó el gran día. Después de esperar apoyados contra la tapia tantas tardes, habíamos logrado despertar la curiosidad circundante. ¡Sus amigos y amigas querían conocernos!.
“-Hay cierto local en la calle Torpedero Tucumán y luego podríamos acercarnos a Argüelles, a los bajos del Aurrera, ¿los conoces? Lo pasaremos guay”
Y allí nos encontramos (uno parecía de alguna especie protegida), entre todos aquellos con chaqueta. ¿Quién salía con chaqueta a los 18 años? ¡Ellos!. Mis boggies pisaron a lo largo de la noche a más de uno. Tuve la sensación de haber entrado, transformado hábilmente en dinosaurio, en unos grandes almacenes. Y entre cerveza y cerveza, venga Nacha Pop, venga Secretos...
Creo que se llamaba Sergio, logró introducirme en el bolsillo de la cazadora una grabación de los Nacha Pop. Nunca la he escuchado, pero a lo largo de los años su presencia perturbadora, ha acompañado a los recuerdos despiadadamente.
Los míos mientras tanto, Tom Waits, Robert Smith o Nick Cave, (entonces aún no se había abierto el abismo ante ellos) han asistido a diversas “curas”, se han prometido no hacerlo más y seguimos vivos. No tenemos ningún mérito en ello.
Sin embargo hoy estoy generacionalmente triste. Los recuerdos son como las sardinas, no se repiten cuando deben, sino cuando están a punto de desaparecer.
Hoy uno de esos recuerdos se ha quedado atascado en el sitio de mi recreo.

2 comentarios:

  1. Lobo: Has despertado mis recuerdos y mi envida. Mi envidia porque ni en mi infancia ni adolescencia me miraron unos ojos azules, ni cogía autobuses con amigos, ni grababa cintas con mi música. Sólo cintas de heavy grabadas de otras cintas grabadas. Y recuerdos, recuerdo, porque de aquella desdicha de adolescencia Antonio Vega era un ejemplo para mí, cantaba, tenía éxito y podía mostrar su sensibilidad sin problemas. Luego vino la droga, el rumor de sus muertes, y hoy su despedida. Hace muchos años ya que no me siento traicionado. Hoy me falta. Y ahora te dejo, tengo trabajo, voy a intentar cantar alguna de sus letras con la música de los Ramones (Joey va por ti). Alberto

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  2. Hola Alberto, ya sabes que la memoria es un traidor a su propia causa. Impacta que alguien que lleva toda la vida amenazando con morirse, lo haga definitivamente. Como nos parecemos todos. Seguiré tu consejo y subiré el volumen a Joey. Gabba, gabba Hey.
    Un abrazo
    Lobo

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