martes, 28 de abril de 2009

LA EDUCACION SENTIMENTAL DE LAS PERRAS


Desde los días en que Alejandro adoptó a Bagoas como perro o perra de compañía (pseudo-Calístenes no aclara el asunto y Mary Renault sólo añade más confusión al respecto). Y éste, Alejandro, se dejara adiestrar en la observancia de los gustos persas, parece que poco o nada han conseguido estos animales en lo tocante a nuestra educación sentimental.
Han probado a dejarnos abandonar la casa sin hora de vuelta, a comerse nuestras zapatillas como favor personal y nada.
Nosotros a su vez hemos probado el método Nelveg, el del click (ése es una estupidez, con perdón), incluso hemos recurrido al adiestrador castellano viejo (al que nos prometimos denunciar a la protectora de animales, después de su visita). Al analista de conducta canina… y los resultados de tantas intervenciones es el siguiente:
-15 % de la mesa de rattán destruidos.
-20% del sofá del mismo material y otro 15 de la chaise-longe irrecuperables.
-4 pares de pantalones con serios desperfectos.
-dos camisas cosidas a dentelladas.
-3 chaquetas con indicios, en hilera, de dientes a lo largo de las mangas.
-dos pares de zapatillas pantuflas que recuerdan el escenario de un matadero.
-mis avarcas menorquinas, (la del pie izquierdo salvada in extremis)
-tulipanes, jazmines, flora, en suma de unos 2 Kg. (ella ya pesa 18 Kg, probablemente debido a estas aportaciones)
-una fregona a medio uso.
-la silla de Emmanuelle, también denominada modelo Julio Iglesias, a punto de formar parte de un mobiliario homeless.
-mantas, telas varias.
-metro cuadrado de pared del apartamento, otro tanto de la casa de campo.
-arañazos que no revisten seriedad, pero muy entretenidos.
-correa mordida hasta el tuétano
-bolsas de plástico con y sin contenido
-papelitos bancarios (ésos se los dejamos comer), alguno que otro de apuntes, el borrador de la declaración de la renta.
-una caja de galletas María
-el lomo del álbum fotográfico de Cappa dedicado a la guerra civil. Todavía no ha tomado confianza con el adyacente de Cartier Bresson…
Pero al amanecer y cuando considera terminada la hora de la siesta, te despierta con unos besos húmedos que ya quisieran. Le gustan especialmente los repuntes de la barba y acercarse para morderte la oreja. La Keke se queja de que la empuja.
¿A qué es mona?

No hay comentarios:

Publicar un comentario