viernes, 15 de octubre de 2010

OCTUBRE ROJO


Me ajusto la mañana
hasta que duele sin motivo
junto a cadáveres,
mermelada y bacterias.

Sin nadie dentro
aliento otra vez la nevera
propagando una enfermedad
incurable y el viernes.

Fuera no es mejor,
limpian el portal para el ángelus,
son muchos que estornudan
en esta esquina.

Atiendo los milagros más urgentes,
el de la bocina, a alguien que vive
en el tercero.
Atarse los cordones me parece importante.

Dejé su voz tendida boca abajo,
tropiezo entre los peldaños de octubre
y frente a los cuarteles,
en el recelo de cien policías.

Yo no he vuelto a decir la primavera.

3 comentarios:

  1. El otoño es insultante
    y autista.
    Como la crueldad de amarse.

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  2. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

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  3. "...e inversamente proporcional al cuadrado de la distancia que los separa."

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