lunes, 13 de septiembre de 2010

SEPTIEMBRE III MITT I

¡Es preciosa! ¡No se parece a nadie!
Ha nacido morena, pequeña, claro, me dice su padre. Y uno que está a la distancia de la noche (ha nacido a la una treinta y cinco) descorcha la botella fría, se estremece entre sentimientos contrarios. Y al cabo ríe.

Cómo no puede ser de otra forma, elabora un pequeño decálogo, acorde a su tamaño:

I. Habrá dioses que protejan a la niña Isolda.
II. Las luces la acompañarán.
III. El fuego.
IV. Tendrá colores todos los días.
V.  Hombros en la tarde para ella.
VI. Conocerá los territorios del aire.
VII. Reposará al lado del agua.
VIII. Sentirá la tormenta y la furia.
IX. Vivirás.
X. Pásalo bien.

Soy capaz, con toda la venguenza en la cara, de invitarla a este planeta u otro. En cualquier caso, entero para ella. No le dejes, Isolda, de recorrer...

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